A pesar de que solo apareció en el evento como anfitrión, The Rock se puso físico durante el evento principal de WrestleMania XXVII. Su interferencia en el combate entre John Cena y The Miz resultó en que este último defendiera con éxito su Campeonato de la WWE, para disgusto de Cena. Comprensiblemente acalorado por la terrible experiencia, Cena conoció a Rock cara a cara en «Raw» la noche siguiente, donde anunciaron que se encontrarían en WrestleMania XXVIII al año siguiente. Promocionado como el partido «Único en la vida», las dos megaestrellas pasarían el próximo año calendario preparándose para su tan esperado encuentro.
Después de una serie de promos de duelo, mensajes pregrabados y algunas excavaciones profundamente personales entre sí, The Rock y John Cena se interpusieron entre las cuerdas no en WrestleMania, sino en Survivor Series 2011. Formaron una frágil alianza para derrotar a The Miz y R-Truth, generando más impulso para su inminente enfrentamiento uno a uno en «The Show of Shows». Cuando llegó esa fatídica noche, ambos hombres lo dieron todo, pero fue «El Grande» quien salió victorioso. Cena pasó gran parte de 2012 pensando en la pérdida y dudando de sí mismo, pero por suerte para él, en 2013, tendría una oportunidad de redención y algo más.
En el Royal Rumble de 2013, The Rock ganó el Campeonato de la WWE y John Cena ganó el propio Rumble Match, preparando una revancha de WrestleMania 29 (tanto para «Once in a Lifetime»). Cena logró derrotar al «Hombre más electrizante en todo el entretenimiento» y capturar el Campeonato de la WWE, completando su enemistad con una nota alta. En general, la rivalidad de Rock y Cena representó dos eras de la WWE enfrentándose cara a cara, y aunque las luchas estuvieron lejos de ser clásicas, el puro asombro de verlos compartir el ring fue demasiado poderoso para ignorarlo.